lunes, 29 de septiembre de 2008

A VUELTAS CON LA INICIATIVA

Hay equipos, entrenadores, futbolistas y aficionados que, aún hoy, se dejan engañar más de la cuenta con la posesión del balón. Cierto es que a un equipo jamás le hacen un gol con el balón en su poder a no ser que lo introduzca en su propia puerta. Pero no es menos verdad que la mayor parte de las veces el control del balón es ficticio y nada tiene que ver con el del partido.
Algo de eso le ocurrió al Betis frente al Real Madrid. Mientras éste gozó de la pelota, hasta antes de llegarse a la media hora, creó ocasiones de gol e impuso al partido un ritmo inasumible para el Betis. Marcó un tanto y se relajó, pensando en el partido de Champions ante el Zenit. Entonces, le correspondió el turno a los verdiblancos. El balón se lo regalaron, pero nunca el control del partido. El ritmo bajó sensiblemente, hasta donde quisieron los de Schuster. Y así les fue más cómodo defender. Aun con diez futbolistas, supieron aguantar el empate.
El Betis, monopolizando el balón, nunca fue capaz de meterle una marcha más al partido, de enjaretar tres pases seguidos a velocidad de vértigo para sorprender. El partido siempre se jugó como quiso el rival. El equipo de Chaparro se sintió seguro con el balón y creyó tenerlo dominado. A tal punto llegó su confusión que regaló dos contraataques postreros que lo tumbaron. ¿Quién llevó la iniciativa del juego? El Madrid, siempre.

jueves, 25 de septiembre de 2008

LA TRAMPA DEL BARÇA

No es fácil jugar contra el Barça. El equipo azulgrana es de los que poseen mil maneras de matarte y, además, utiliza como nadie la trampa de los extremos en el Camp Nou. Allí acuden los equipos obsesionados en acumular hombres por el medio para cortocircuitar a Xavi y todas las conexiones que éste permite en la frontal. Total, como el Barça juega sin extremos...
Pero ésa es la gran mentira del fútbol barcelonista, el matiz que mejor aprovechan los de Guardiola en favor de sus intereses. Messi e Iniesta no son extremos, pero el vértigo azulgrana comienza en ellos, cuando están muy cerca de la cal. Luego, tirarán para el interior con el regate o buscarán una pared para progresar, pero si enfrente tienen un 4-2-3-1 ó similar del rival siempre estarán en ventaja, sobre todo el argentino, al que Daniel Alves le aclara más el camino de lo que se lo hacen a Iniesta. Los laterales rivales tendrán difícil recibir ayudas: su equipo está armado para defender por dentro, no en los costados.
El Betis salió al Camp Nou con dos extremos y en la segunda parte Chaparro cambió el planteamiento. Entre la obligación y la devoción, Monzón y Damià, dos laterales (más largos o más cortos), doblaron en las bandas a Nelson y Fernando Vega. Habían relevado a hombres de ataque como Mark González y Emana. Con Mehmet Aurelio y Capi le bastó por el medio. Y arriba, dos delanteros. 4-4-2 puro y duro y más bien defensivo. El Betis llegó más arriba, y además ganó las bandas, y frenó al Barça. A Messi e Iniesta apenas les llegó el balón. No le fue suficiente para ganar, pero sí para saberse un equipo bueno y versátil. Y es que los corsés nunca debieron existir en el fútbol. No hay un partido igual a otro.

martes, 16 de septiembre de 2008

RÉMORAS EN GETAFE

Ofreció trazas de buen equipo el Betis en Getafe. Paco Chaparro va recuperando las señas de identidad que éste exhibió la temporada pasada. Con más toque en el medio del campo, el Betis borró de un plumazo la imagen ofrecida frente al Recreativo con una primera parte más que decente si no fuese porque el gol no acudió a su cita con la meta de Jacobo.
En la reanudación, ofreció dos síntomas preocupantes. El primero es que llegó sin aire al último cuarto de hora y pudo pagarlo con la derrota. Físicamente, el equipo da la impresión de estar aún en pretemporada. Es lógico, algunos de sus futbolistas han gozado de un verano más propio de un funcionario que de un profesional del balompié y otros, sencillamente, están faltos de entrenamiento. Carmelo del Pozo tiene trabajo por delante, pero hasta la fecha el segoviano ha dado muestras sobradas de su capacitación. No hay más recordar cómo acababa el Betis sus partidos la campaña anterior, siempre con una velocidad más que el rival. Este hándicap es, por tanto, subsanable.
El segundo, y más importante, llega de la mano de Manuel Momparlet. Su demostrada incapacidad para el cargo trajo al Betis, entre otros, a Pavone, quien en sólo dos partidos ha corroborado la imagen que ofreció el curso anterior: mucha voluntad, una correcta visión de juego, poco fútbol, más potencia que velocidad y poquísimo gol. Cuando se ojea a un futbolista en Suramérica lo principal es trasladarlo mentalmente a Europa, ver si sus cualidades son exportables a un fútbol diametralmente distinto. Igual le ocurrió al director deportivo del Betis con Caffa, sin ritmo para la Primera División española.
Mientras el argentino no salga del once inicial en favor de Edu, y éste o Sergio García jueguen arriba, no hay nada que hacer. Muchos fallos de Pavone se pueden disculpar, máxime tras esa incansable brega que lo lastra ante la portería, pero que un delantero centro no sepa tirarse en plancha en el área pequeña, o no sea capaz de ello por su físico, dice muy poco en su favor. ¡No tenías que entrar tú en la portería, Mariano, debería haber entrado el balón!

martes, 2 de septiembre de 2008

EL LEGADO DE CHAPARRO

Dice Chaparro, y dice bien, que presión la que sintió en Santander aquel 17 de junio de 2007 en que salvó agónicamente al Betis. O la de la temporada anterior, dejando nuevamente al equipo en Primera a falta de un mes para el final de Liga. La presión de ahora, la que pretende añadir quien parece haber cumplido con su obligación de conformar un equipo decente, no le afecta lo más mínimo al trianero.
Sabe el entrenador verdiblanco que el caché de algunos refuerzos va a provocar que lo miren con lupa. Que el de siempre, en lugar de otorgarle su confianza, está utilizando su verbo falso para arrinconarlo. Pero le da igual. Como bético, se siente feliz de la labor realizada hasta la fecha, aun a costa de un desgaste superlativo. Ya el pasado invierno cercenó la llegada de una caterva de mediocres al equipo y este verano ha multiplicado esa criba por diez.
Mehmet Aurelio, Emana, Juanma, Nelson, Monzón y Sergio García. Si se le suma a Juanito, Edu y Mark González puede decirse que el Betis está capacitado para competir dignamente en Primera División. Chaparro se salió con la suya y ganó el pulso: reformó parcialmente las estructuras en la secretaría técnica y en el entorno de la plantilla, va logrando que la ciudad deportiva sea al menos presentable y, lo más importante, ha conseguido que el que todavía manda se gaste el dinero del Betis.
Ahora ya no tiene presión. Porque sabe que si él no está capacitado para la empresa, el que venga detrás lo tendrá chupado. Nada que ver con los relevos que a él le tocó sufrir. Consiga lo que le dejen conseguir, clasificatoriamente hablando, la anterior es su gran herencia. Jamás un entrenador cambió tanto la dinámica del Betis.