jueves, 26 de junio de 2008

LAHM, A PIERNA CAMBIADA

Ayer me acordé de Paul Breitner. Un menudo lateral izquierdo alemán me hizo retroceder al Mundial de 1974, donde despertaron mis primeras inquietudes balompédicas. Apenas era un niño cuando el polémico maoísta, el abisinio, que entonces también jugaba como lateral zurdo, marcó con la derecha uno de los primeros goles que recuerdo. Fue un zapatazo desde 30 metros desde el carril del ocho a la escuadra contraria que no vio el portero chileno. Con su pelo afro, Breitner, que meses después defendería la camiseta del Real Madrid, acabó jugando de todo. Fue volante, interior y hasta líbero, y su dominio de las dos piernas y del disparo con ambas lo hacían imprevisible.
Breitner disputó dos finales mundiales y en ambas marcó con el pie derecho. Ganó la primera, aquel año, frente a Holanda y perdió la de 1982 en España ante Italia. Al campeonato que éstos trufaron, Argentina 78, no acudió como acto de rebeldía por la dictadura de Videla. El ex futbolista y ex presidente del Bayern, a su retirada en 1983, es el único jugador al que vi organizar el juego de un equipo desde un lateral hasta el alumbramiento del brasileño Daniel, quien se las ingenia desde el otro costado.
A medio camino entre aquel 1974 y este 2008, otro lateral izquierdo alemán me recordó a aquel futbolista de mente inquieta que a los 19 años ya había leído a Marx. Cuando Andreas Brehme, en la final de Italia 90, batió a Goycoechea de penalty caí en la cuenta de que no era más que un revival del marcado dieciséis años atrás por Breitner al holandés Jongbloed. Lo tiró con la diestra y al mismo sitio, raso y al hierro, a la derecha del portero.
Philipp Lahm no posee la calidad técnica de Breitner ni la fuerza de Brehme, pero es más veloz que ambos. Es un puñal por la banda izquierda, en la que Low le halló su sitio más eficaz, el de siempre, tras probarlo a estribor con Jansen al otro lado en el primer partido de esta Eurocopa. Hoy es Fiedrich quien besa la cal derecha. Pero Lahm, que juega en el Bayern, el equipo matriz de Breitner y en que también militó brevemente Brehme, también es diestro como los anteriores. No maneja el balón tan bien como Breitner ni alcanza el grado de ambidiestro de Brehme, pero su gol a Turquía vale casi tanto como los de ellos, que reportaron títulos mundiales, y, además, es más bello. Inicia la jugada, Hitzlsperger le hace la pared y le esconde el disparo hasta el último instante a Rüstü merced a un tobillo privilegiado. Genial.
Tres laterales. Tres alemanes. Tres estilos. Tres diestros en la izquierda. ¿Qué inventó Cruyff de situar a los extremos a pierna cambiada? Es tan antiguo como el fútbol.

2 comentarios:

The gunner dijo...

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http://futbolanonimato.blogspot.com

Anónimo dijo...

El Mundial de España fue en el que a última hora descartaron a Valentín y Zafra de la convocatoria final?